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En lo que a herencias se refiere, podríamos decir que 2021 ha sido un año histórico para nuestro país. Histórico porque se registró un récord de herencias aceptadas, superando las 365.000, pero también porque la proporción de herencias rechazadas mantiene su tendencia alcista, en la medida en que crece el número de personas que no puede afrontar el gasto que supone aceptar el testamento.

De acuerdo a las cifras difundidas por el Consejo General del Notariado, en 2021 se registró un total de 365.649, el número más alto desde 2007, un registro que supone el aumento interanual de herencias en España, con un 22,2% que está justificado por un 2020 con poca actividad debido, como sabemos, a la pandemia por coronavirus y la paralización de muchos de estos trámites.

No obstante, como explicábamos al comienzo, durante esos 12 meses también hubo hasta 56.667 herencias rechazadas, un aumento interanual del 25%, lo que indica que éstas crecieron incluso más que las aceptadas, por lo que siguen comiéndose parte del mercado, aun cuando cada vez más beneficiarios apuestan por estirar los plazos todo lo posible hasta disponer de los bienes.

En este informe, el Consejo General del Notariado advierte que “los actos relativos a las herencias pueden llevarse a cabo durante mucho tiempo, por lo que constituyen una variable retrasada respecto de la evolución de la mortalidad” del Covid-19, explicando esta realidad.

 

La importancia de contar con un abogado familiar

En cualquier caso, mientras el número de herencias aceptadas sigue siendo superior al de herencias rechazadas, quienes entienden en la materia sostienen que es alto el porcentaje de las rechazadas que finalmente lo son porque esas personas no cuentan con el asesoramiento de un abogado especializado en la materia, un abogado familiar que les guíe durante el proceso.

Quienes sí poseen esta asistencia de un abogado de familia, recurren a tiempo a otras soluciones, como por ejemplo las donaciones en vida, que aumentaron un 30% en 2021, hasta las 175.000. Echando un vistazo al pasado, nos encontramos con que en 2007 eran apenas 85.000.

Hoy en día, los abogados especializados en familia suelen recomendar estas alternativas a quienes confían en ellos, lo que deriva en un crecimiento exponencial de las donaciones, no sólo dada la “solidaridad intrafamiliar e intergeneracional”, sino además previendo una posible subida de los impuestos que gravan las donaciones, lo que podría llevar a una pérdida de capital.

 

¿Qué pasa si no hay testamento?

Por otro lado, están esas situaciones excepcionales, pero que se producen con más asiduidad de la que uno pensaría, en la que el fallecido no ha dejado un testamento.

En estas circunstancias, suelen aparecer las dudas entre los posibles herederos, con discusiones interminables entre ellos, y nuevamente es menester la colaboración de un abogado de familia, capaz de aclarar qué determina la ley al respecto, y tanto quien recibe la herencia como quien debe asumir los tributos de la misma, para que los herederos decidan de qué forma resolver el asunto de la manera más beneficiosa posible.